sábado, 10 de abril de 2010

DESDE EL ALMA: La Sabiduría de los niños


La sabiduría no la encontré en la cumbre de la montaña universitaria, sino en el arenero, en el jardín de infantes.

Estas son las cosas que aprendí: compartir todo, jugar sin hacer trampas, no golpear a los demás, regresar las cosas al lugar donde las encontré, limpiar cuando ensucie mi lugar, no tomar lo que no me pertenece, pedir perdón cuando lastimo a alguien, lavarme las manos antes de comer, las galletas y la leche son buenas para mí, vivir una vida balanceada, aprender un poco a dibujar, pintar, bailar, cantar, jugar y trabajar un poco cada día.

Cuando saliera al mundo: tener cuidado con el tráfico, unir mis manos con las de los demás. Recordar que la semilla en el frasco creció, dio raíces hacia abajo y las hojas hacia arriba: nadie pudo decirme por qué, pero todos crecemos así.
Las mascotas, peces, hámsteres, ratones y aún la semillita que sembramos, algún día mueren... también nosotros.

Pienso en el buen lugar que sería el mundo si comiéramos juntos el almuerzo y después tomáramos un pequeño descanso.

Si todos respetáramos las reglas aprendidas en el jardín; si tan sólo regresáramos las cosas donde las encontramos y limpiáramos nuestro lugar...
En verdad no importa que edad tengas, cuando salgas al mundo, lo mejor que puedes hacer es unir tus manos con los demás y permanecer siempre juntos.

Anónimo

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