martes, 29 de diciembre de 2009

LA IMPORTANCIA DE UN BUEN DESAYUNO


Como decían nuestras abuelas: para mantener la salud, hay que desayunar como un rey, almorzar como un príncipe, y cenar como un mendigo. Y bastante de cierto tiene este refrán, ya que un buen desayuno, es la base para comenzar el día con más energía y mejor rendimiento, tanto físico como intelectual.
El cerebro consume un 20% de la energía que obtenemos de los alimentos. Utiliza principalmente hidratos de carbono. Después de las 6 a 8 horas de ayuno que mantenemos durante el descanso nocturno, es necesario este aporte de carbohidratos al cuerpo para su mejor rendimiento.
El desayuno despierta nuestro aparato gastrointestinal, activa los movimientos peristálticos y promueve el tránsito intestinal por la mañana.
Además, realizar un buen desayuno y un tentempié a media-mañana ayuda a controlar mejor la ansiedad (no picar alimentos hipercalóricos o estimulantes a cualquier hora) y nos permite llegar más tranquilos a la hora del almuerzo. De esta manera se distribuyen mejor las comidas y no se producen grandes altibajos en la glucemia ni en la secreción de insulina.

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